
Cutis: Limpieza en casa en 5 pasos versión cuarentena
¡Es tiempo de mimarse!
Que no podamos asistir a un centro de belleza o a un spa no significa que no podamos intentar recrearlo en casa. Antes de empezar un tratamiento suelo preparar bien todos los elementos para que la experiencia sea lo más sensorial y relajarte posible. Prepara el ambiente:
- Ropa adecuada: Lo mejor es un top palabra de honor para poder trabajar también el cuello y el escote. Recoge el pelo con un turbante y quítate cualquier anillo, pendientes o pulsera que te moleste al realizar tu ritual.
- Prepara las herramientas y productos: Colócalos en una cesta para no perder tiempo buscándolos durante el ritual. Ten también a mano toallas, esponjas y cualquier dispositivo que utilices para ayudarte. También es muy importante tener las manos bien limpias.
- Crea un ambiente cálido y de relax: En la última parte de nuestra limpieza es importante relajarse durante unos minutos, así que si te gustan las velas, la música suave o el incienso, es buen momento para utilizarlos. Además necesitas unas toallas grandes y una manta para no coger frío en la relajación, yo tengo una esterilla eléctrica de calor que me encanta ponerme en la espalda mientras la mascarilla hace efecto.
Paso 1: La limpieza
El primer paso es limpiar la piel de impurezas para que los productos penetren mejor. Si llevas maquillaje necesitas hacerte una doble limpieza antes: primero con un producto de base en aceite para disolver y un segundo más jabonoso que retiraremos con agua y nos permitirá arrastrar todos los restos del maquillaje y dejar los poros limpios. Yo suelo utilizar uno en espuma y lo aplico con un cepillo. ¡Empieza a sentir limpia tu piel!
Paso2: Exfoliar
Un exfoliante facial es un producto muy importante para retirar células muertas del rostro y conseguir una piel más luminosa y más receptiva a los activos que vamos a dar a nuestra piel. Es un paso que complementa la limpieza y que debes realizar todas las semanas al menos una vez. Aplícalo por rostro, cuello y escote con movimientos circulares, insistiendo en aletas de nariz, barbilla y labios, pero con más cuidado por otras zonas más sensibles como los pómulos y el escote. Evita totalmente en contorno de los ojos y párpados.
Paso 3: Mascarilla purificante
Ha llegado el momento de aplicar la mascarilla limpiadora o purificante, que será la última parte en este ritual dedicada a la limpieza profunda de la piel. A mí me gustan las que son a base de arcilla y en mi caso, la aplico únicamente en la zona T del rostro. Yo me ayudo de una máquina de vapor para que penetre mejor y no se seque sobre mi piel. Si no tienes un vaporizador facial puedes hervir agua en una cazuela o simplemente dejar actuar la mascarilla por sí sola.
Paso 4: El masaje
Ahora que nuestra piel ha quedado perfectamente limpia es el momento de hacer penetrar algunos activos que mejoren nuestro aspecto con un masaje facial. Elige ampollas de tratamiento o serums. Mis preferidos son la vitamina C para iluminar, el ácido hialurónico para hidratar y el colágeno o factores de crecimiento para redensificar.
Puedes aplicarte el masaje directamente con las manos o utilizar algún utensilio especial, como un rodillo o gua sha de algún mineral como el cuarzo rosa o jade.
Paso 5: Mascarilla de relax
Después de trabajar tan en profundidad tu piel, llega el momento de recoger los beneficios y aplicarte una última mascarilla y hacer una relajación. Elige una que sea sin aclarado, ya que no queremos perder los activos del sérum. A mi me encantan las de velo ya que son fáciles de usar y las hay de infinidad de activos distintos.
Durante los 20 minutos de aplicación de tu mascarilla lo mejor es estar tumbada con los pies ligeramente elevados y en un ambiente que te resulte agradable. Hacer unas respiraciones largas y lentas mientras intentas relajar los músculos de todo el cuerpo te ayudará a conseguir un estado de paz y relax total.
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